Raza Bovina Marismeña

La raza Marismeña está considerada un antiquísimo núcleo de bovinos autóctonos perfectamente diferenciados dentro del ganado vacuno español e históricamente adscrito al Espacio Natural de Doñana, encuadrado en las Marismas del Guadalquivir, en el suroeste de la Península Ibérica.

Clasificación oficial de la Raza

Según el Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España (Anexo I del Real Decreto 45/2019, de 8 de febrero) se cataloga como raza autóctona amenazada, equivaliendo el término amenazada a lo que se consideraba como peligro de extinción en la normativa anterior.

Origen y relevancia

Su relación con la zona geográfica donde habita ya aparece referenciada en el siglo XIII, en el cual se reconoce la existencia de ganado en las marismas del Guadalquivir. Además, se presume que este núcleo de animales tuvo una importante influencia en la colonización del continente americano, al ser enviada en las expediciones que partían de los puertos de Palos y Sevilla hacia “El Nuevo Mundo”.

Su explotación ofrece gran semejanza con el régimen de vida de los ungulados con los que convive en Doñana. Cualitativamente, desempeña un importante papel en el orden ecológico y medioambiental como agente conservador del Espacio Natural. Suele organizarse en grupos reducidos en aquellas fincas en las que pasta. Estos grupos se denominan “tropas” y suelen moverse en conjunto hacia las zonas de agua y comida durante el día. La reproducción se lleva a cabo mediante monta natural no dirigida.

Estas condiciones de producción tan singulares también originan una producción de carne diferenciada, con unos crecimientos lentos en comparación con los sistemas de cebadero comercial, debiendo aprovechar las condiciones de pastos de cada anualidad para poder sacrificar los animales en el punto óptimo. Sin embargo, a pesar de los reducidos pesos al sacrificio, esta raza ofrece una composición de la canal interesante para el mercado, con un rendimiento a la canal y en porcentaje de carne no extremadamente bajos. A ello se suman las cualidades favorables de la carne, con un porcentaje de grasa muy bajo y un perfil de ácidos grasos muy saludable.

Morfotipo y estándar racial

Características de la raza:

Animales eumétricos y sublongilíneos. Conformación robusta en ambos sexos con predominio del tercio anterior. Alta rusticidad y capacidad de adaptación al entorno en diferentes condiciones climáticas, con poca cantidad de alimento disponible. Son animales nerviosos y huidizos debidos al sistema de manejo predominantemente extensivo estricto (feral). Presentan grandes encornaduras que pueden diferir en su forma y curvaturas. Instinto maternal muy marcado.

Prototipo racial:

Cabeza: Pequeña, de testuz despejado, largo y recto. Frente plana o algo excavada y cara larga. Los cuernos son finos, naciendo por encima de la línea del testuz. Las encornaduras son de color nacarado con las puntas levemente sombreadas y siempre de gran envergadura y de muy variada conformación. Las orejas son grandes y ovales, pobladas de pelo. Ojos a flor de la cara, con iris invariablemente negro intenso. Morro recogido y ligeramente ensombrecido, pero no negro.

Cuello: Corto, de tabla ancha y abundante papada que cuelga casi hasta las rodillas. El cuello está discretamente enmorrillado en los machos adultos.

Tronco: Es armónico y profundo. Su silueta denuncia el aleonado o predominio del tercio anterior en los toros y la variante «cuesta abajo» o «bajo de agujas» en las hembras; es decir, la línea superior inclinada de atrás hacia delante y de arriba abajo. La cruz es elevada, con región dorso-lumbar recta y no muy musculada. La grupa algo inclinada con sacro y caderas realzados. La cola de nacimiento adelantado pegada entre los isquiones, larga y con generoso borlón. El pecho es proporcionado y el tórax alargado y manifiestamente profundo. El vientre no muy abultado y con mucha capacidad, en cuanto a contracción y dilatación, variando, dependiendo de la época del año.

Extremidades y aplomos: Las extremidades son cortas, fuertes, descarnadas en la parte superior y bien aplomada. Las pezuñas son unidas y fuertes. El color es variable y dependiendo del pelaje, pero normalmente de color ambarino.

Piel y Mucosas: La piel es gruesa y se le atribuye cierto grado de motilidad autónoma. Las mucosas son ligeramente oscurecidas independientemente de la capa del animal.

Pelo: Corto, sentado y tupido, abundante en el pabellón auricular. No tiene flequillo, pero sí es abultado el borlón. El color de la capa es bien variado, predominando el entrepelado. Así encontramos pelos: negros, colorados, berrendos (negro y colorado), sardos, cárdenos y jaboneros.

Defectos no deseables: No se considerará como defecto descalificante, pero si como defecto a corregir y, por lo tanto, el animal obtendrá menos puntuación, todos aquellos animales con mucosas claras o despigmentadas con independencia de la capa de dicho animal. Malformaciones físicas evidentes que no comprometan el desarrollo y reproducción de los animales, tales como problemas en la encornadura.

Defectos descalificantes: Ausencia de cuernos o encornaduras pobres o típicas de otras razas. Los cuernos gachos, en los machos, que, por otra parte, recuerdan a posibles cruces con razas de aptitud cárnica. La no presencia de badana o papada en ambos sexos. Animales que denoten cruces evidentes con otras razas y, sobre todo, aquellos cruzados con razas cárnicas, como es el caso de nalgas excesivamente convexas que recuerden la presencia de un cruzamiento con razas de aptitud cárnica. Animales con pelo rizado o con pelo largo. Los perfiles cóncavos y los excesivamente convexos que recuerden la presencia de cruces. Tamaño y desarrollo no acorde con la edad del animal. Aplomos defectuosos. Defectos y/o alteraciones genitales incompatibles con la normalidad reproductiva. Caracteres de raza insuficientes. Malformaciones físicas evidentes que comprometan el desarrollo y reproducción de los animales.