Raza Equina Marismeña
La raza Equina Marismeña está conformada por un núcleo de equinos ubicados principalmente en el suroeste de la Península Ibérica, en el entorno de Doñana.
Clasificación oficial de la Raza
Según el Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España (Anexo I del Real Decreto 45/2019, de 8 de febrero) se cataloga como raza autóctona amenazada, equivaliendo el termino amenazada a lo que se consideraba como peligro de extinción en la normativa anterior.
Origen y relevancia
Primitivamente fue una raza de trabajo, fuertemente ligada a los arrozales y a todo tipo de faenas en áreas inundables, donde se desenvuelve con una eficacia extraordinaria. La mecanización del campo los hizo retraerse mucho, y les transformó en gran medida su funcionalidad, introduciéndose en dos mundos paralelos; por un lado, el doméstico constituyéndose como un caballo de silla; y por otro el mundo salvaje, asilvestrado o feral, viviendo a sus anchas en los espacios naturales, en el cual una importante cantidad de animales se destina al comercio cárnico y que ha adquirido gran importancia en la venta de los potros.
La primera relevancia social de la raza Marismeña es su integración en el patrimonio genético y cultural de la región, y que se plasma en su papel como substrato de una de las fiestas más representativas de Andalucía como es la “Saca de las Yeguas”, lo que implica un gran impacto económico por la cantidad de visitantes que congrega.
Desde el punto de vista ecológico, esa raza, por su feralidad, supone un integrante importante del equilibrio ecológico de una de las áreas protegidas más importante de Europa.
Morfotipo y estándar racial
Características de la raza:
Ejemplares eumétricos, sublongilíneos y de perfil subconvexo. Conformación robusta y armónica en ambos sexos. Cerca de tierra. De cabeza algo grande, cuello algo corto, tronco profundo y extremidades medianas y finas. Carácter equilibrado, brioso y temperamental en el caso de los animales no manejados, criados en régimen semisalvaje. De gran resistencia y rusticidad, se caracterizan por movimientos elevados y seguros, de tranco amplio y cadenciado.
Prototipo racial:
Cabeza: algo grande, alargada, rectangular, de perfil subconvexo, afectando dicha convexidad al cráneo y cara en sentido longitudinal y transversal. Cráneo relativamente largo y cara algo acortada. Orejas medianas a grandes y de inserción algo baja y retrasada, por lo que pueden resultar algo divergentes. Órbitas algo prominentes. Ojos ligeramente retirados de la silueta de la cabeza, almendrados y oblicuos. Mandíbula corta, poco profunda y redondeada. Hocico redondeado, con ollares elípticos. Labios gruesos y mentón desarrollado.
Cuello: algo corto, fino en las hembras y voluminoso en los machos; de tablas planas y borde de la crinera recto o ligeramente convexo. Buena inserción a la cabeza. Inserción al tronco por encima de los encuentros.
Tronco: mediano en los machos y alargado en las hembras. Profundo en ambos sexos, apreciándose, en general, un mayor desarrollo del tercio anterior. De costillas largas, con mayor arqueamiento en su tercio medio. Cruz larga y destacada, dorso fuerte y recto, riñón convexo. Pecho ancho y profundo. Grupa redondeada, larga, ancha e inclinada en todos los sentidos. Cola de nacimiento bajo, pero lejos de isquiones y pegada, con el tusón largo.
Extremidades y aplomos: correctamente aplomadas, finas y de longitud media. Espalda larga e inclinada. Antebrazos y cañas proporcionados. Ángulo del corvejón algo abierto. Espejuelos pequeños. Cascos amplios y bien conformados.
Características fanerópticas: de pelo fino y corto, dominan las capas castañas y tordas. Crin y cola medianamente poblados, con pelos de diámetro intermedio.
Características funcionales: animales muy ágiles y enérgicos. Aun en ausencia de doma, presentan un tranco amplio y cadenciado. Exhiben fuerte temperamento cuando se han criado en régimen semisalvaje, pero una vez se inician en el trabajo son muy equilibrados aun conservando un carácter fogoso que puede ser redirigido para la funcionalidad. En el trote exhiben elegancia, suspensiones y extensiones. Buen tranco de galope. Y gran resistencia al ejercicio intenso.
Defectos descalificantes: perfiles subcóncavos o cóncavos, así como los perfiles ultraconvexos. Cuello de gato o cuello vencido. Monorquidismo o criptorquidismo. Capas pía y appaloosa tanto en machos como en hembras, además de las capas Isabela (perla) y albina en los machos. Caretos y grandes calzaduras. Cernejas abundantes. Cola en trompa. Desarrollo corporal no acorde con la edad. Conformación general o regional defectuosa en grado acusado. Aquellas características que difieran claramente del prototipo racial.